martes, 5 de enero de 2010

El paseante, en Venecia

Aprovecho una conexión pirateada que va y viene para mandar un saludo desde la Serenísima. Tal como le decía a Don Sartine en la entrevista que enlacé ahí abajo, tenía yo un picor con Venecia y aquí me he venido, a pasearla y fotografiarla y cuadernarla. Ya sé que es como echar agua al mar, pero el gusto para mí se queda.

Tenía la intención de ir colgando apuntes diariamente aquí en el blog, pero ya saben, de buenas intenciones están empedradas las calles de esta ciudad. Les diré que me estoy dedicando, además de a ver palacios e iglesias de la manera sistemática y disciplinada que me distingue, a perseguir a la fauna local con afán de entomólogo. El veneciano es una criatura furtiva y desconfiada, pero gracias al nuevo objetivo que me han traído anticipadamente los reyes he podido captarlo en su hábitat natural. Les dejo algunas muestras, y mañana o pasado, si son buenos y comentan (y si la conexión lo permite) les pondré algo de las piedras venerables que cantó Ruskin.



6 comentarios:

La donna è mobile dijo...

Una cosa muy buena que podrías hacer es montar una tienda de souvenirs, Nacho, que es un sector que allí está poco tocao…

¡Pero qué haces ahí! ¿Y cuánto tiempo te piensas quedar? Como dice mi madre, ¡te vamos a tener que poner un cascabel! Ay, qué gusto de venecianos, me encantan las fotos que has colgado: nadie (all over the worl) se fumaría un cigarrillo con tanto glamour como ése de la bufanda azul; y la pluma del sombrero; y la sonrisa de las señoronas, que son prácticamente como la versión femenina de los abuelos del balcón de los Muppets…

Te animo a seguir buscando. Y a ver si me fotografías algún italianazo de esos que bien valdrían para fondo de escritorio, y fondo de lo que sea, ¿eh?

(Vamos y vamos, dónde se ha ido…)

La donna è mobile dijo...

-d

(de worl-d)

((se entiende))

Ignacio dijo...

Me vine directamente de Copenhague, pasando por Zurich para ver a la Bartoli. Tenía un montón de días de vacaciones que si no, los perdía, y qué mejor sitio para gastarlos.

Estoy en una especie de residencia, obscenamente barata, de una especie de monjes armenios, todos con barbas hirsutas y miradas de loco.

El lunes estoy de vuelta en la ¡ay! realidad.

Chulazos no he visto, pero algún señor mayor con empaque sí, esta noche te pondré algo.

Fernando dijo...

Qué envidia.

Sí, publica posts, please, pero no sólo de las bellas iglesias y palacios que algún día conoceré, sino de detalles cotidianos, en la línea de las fotos: cómo llevan los muebles a las tiendas de muebles, cómo sacan a pasear al perro, si alguien se cae a las aguas heladas o no, ...

Y otra cosa: ¿a qué huele Venecia?

La donna è mobile dijo...

A gloria, Fernando. A gloria.

Ignacio dijo...

Aquí estoy descansando de lluvia y de una indigestión seria de Tintoretto. Voy a poner una cosita para cada uno, si el internet armenio me deja.