jueves, 20 de marzo de 2008

Absolutos

El presidente Bartlett y su jefe de gabinete enfrentan la cuestión moral por excelencia. Han identificado a la cabeza de los terroristas, pero no pueden juzgarlo (por inmunidades varias) y se ofrece una oportunidad única de asesinarlo. Jed Bartlett se niega automáticamente, pero Leo insiste: lo peor de usted, señor Presidente, es que sigue creyendo en absolutos morales. Podríamos declarar la guerra formalmente y matar a cientos de quinceañeros armados, pero él seguiría escapando. Esto es algo que hay que hacer y vamos a hacerlo.

Pero hay absolutos morales, dice el Presidente cuando ya ha asentido con la mirada.

El nudo no puede desatarse, pero tal vez esa sea la única manera de cortarlo. No engañarse, no acudir a racionalizaciones o malabares verbales. Cargar con la oscuridad. Echarse la culpa encima por todos los demás. Because you won, le dirá Leo cuando esté todo hecho.

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