lunes, 10 de marzo de 2008

Literatura

Yo no sé decir qué es literatura de verdad y qué no, aunque me parece que sé distinguirla cuando la tengo delante. Si tuviera que explicar a un extraterrestre en qué consiste, creo que le copiaría este párrafo, que aparece muy al principio de la monumental Vida y destino. No hay alardes de estilo ni refinamientos de dicción, apenas una repetición enfática al final. El lenguaje es sencillo y atraviesa sin esfuerzo la traducción. Y sin embargo está tan lejos como se pueda estar de una notificación, o de un relato judicial, o de una noticia. Las palabras, que fueron creadas para otras necesidades, de repente se ajustan y hacen cosas como esta:

Pasó la noche. Entre la maleza quemada yacían los cuerpos de los caídos. Sin alegría, lúgubremente, el agua jadeaba en la orilla. La melancolía se adueñaba del corazón ante la visión de la tierra devastada, los esqueletos de las casas quemadas.

Daba inicio un nuevo día, y la guerra estaba dispuesta a llenarlo con abundancia –hasta el límite- de humo, cascajos, hierro, vendas sucias ensangrentadas. Y los días anteriores habían sido parecidos. Y no quedaba nada en el mundo salvo aquella tierra lacerada por el hierro, salvo aquel cielo en llamas.

5 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

Sí.

Mortadelo dijo...

Lo siento. No ha podido ser. Otra vez Zapatero. Otra vez tendra que negociar con nacionalistas, aunque sean los supuestamente moderados, si se puede llamar asi a PNV, de los cuales sabemos de que pie cojean, o CIU, que hace unos meses se declararon abiertamente independentistas.
Todos los españoles a currar para que los catalanes y vascos vivan en "su" estado de bienestar.

Brian dijo...

Romanticismo tardío, diría yo. Pero ambas cosas no son incompatibles, claro.

Ignacio dijo...

Mortadelo: wrong place para el comentario; sé que no es gran cosa, pero me importa el orden.

Brian: es la batalla de Stalingrado. No lo digo por contradecir su comentario (es verdad, ese romanticismo del que no hemos salido, y como dice una amiga mía ni falta que le importa) pero sí pienso que por una vez, y sin que sirva de precedente, el tema tiene importancia.

Esa que se podría llamar merecidamente "la más alta ocasión que vieron los siglos" añade una dignidad extra a lo que se escribe sobre ella.

Anónimo dijo...

Yo a un extraterrestre que me preguntara por la literatura, le pondría esto:

¡Qué noche!

Zapatero vuelve a ser Presidente. La ciudadanía española ha otorgado su confianza al Secretario General del Partido Socialista, por segunda vez consecutiva. El pasado 9 de marzo, la izquierda revalidó su mayoría en el Congreso de los Diputados. Dentro de unas semanas comenzará un nuevo curso parlamentario lleno de futuro. Y si la anterior Legislatura se caracterizó por hacer bandera de la diversidad, ésta, que comenzaremos en breve, hará de la gestión de esa diversidad una de sus apuestas.

España es uno de los países del mundo que más diversidad acumulan por kilómetro cuadrado, de ahí nuestra fuerza. Zapatero ha sabido, en sólo cuatro años de Gobierno, reconocer las distintas identidades y sensibilidades de los distintos pueblos que forman parte de este magnífico país que es España y la dignidad e igualdad de cuantas mujeres y hombres viven en él. Todo ello ha determinado que España esté efervescente, y la efervescencia genera empeños personales, sociales, culturales, empresariales y estos últimos puestos de trabajo y prosperidad.

Vivimos, pues, un buen momento que tenemos que saber aprovechar. Así, gestionar la diversidad, como fuente de riqueza, es el gran reto del Siglo XXI. Una maravillosa aventura no exenta de obstáculos, entre ellos, el enorme poder de determinados grupos ultraconservadores que no quieren que nada cambie para seguir conservando sus privilegios. Por lo demás, poco van a cambiar algunos.

Rajoy se queda, esto es, a pocos días de perder las elecciones generales de 2008 anuncian que perderán las de 2012, ellos sabrán. Mientras, la mayoría social, política y parlamentaria seguirá trabajando porque España continúe en la senda de la justicia social, la libertad y la igualdad, cuatro años más. Y durante todo este tiempo algunos no dejaremos de pensar en la noche en la que Zapatero repitió victoria electoral y se convirtió en el Presidente que más votos ha recibió nunca en nuestro país. ¡Qué noche la de aquel día!