Otra cosa que sorprende al acercarse a la política americana es que el tono populachero y despreciador de la excelencia corresponde, contra lo que podría esperar, a los conservadores. No siempre fue así, dice (y explica estupendamente) David Brooks:
Conservatism was once a frankly elitist movement.
Conservatives stood against radical egalitarianism and the destruction of rigorous standards. They stood up for classical education, hard-earned knowledge, experience and prudence. Wisdom was acquired through immersion in the best that has been thought and said.
But, especially in America, there has always been a separate, populist, strain. For those in this school, book knowledge is suspect but practical knowledge is respected. The city is corrupting and the universities are kindergartens for overeducated fools. The elitists favor sophistication, but the common-sense folk favor simplicity. The elitists favor deliberation, but the populists favor instinct.
This populist tendency produced the term-limits movement based on the belief that time in government destroys character but contact with grass-roots America gives one grounding in real life. And now it has produced Sarah Palin.
3 comentarios:
No sé cuando, en América, las cosas dejaron de estar en su sitio, pero no deja de sorprenderme ver a McCain en plan francotirador, decir: "Esta crisis requiere un reformista. Yo me he enfrentado a mi partido, a mi presidente, al otro partido. Yo tengo el pedigrí para hacerlo".
Al margen de cuestiones de oportunismo (es obvio que a McCain le interesa marcar diferencias con Bush) la lectura que yo hago es que en América la gente apuesta, no por un partido, ni por una ideología, ni por un programa, sino por una persona. Es algo así como una monarquía electiva absolutista.
Pues sí, Brian, así es. Y yo les envidio por eso, entre otras muchas cosas. Pero no es absolutista, no se equivoque, en los Estados Unidos de América ni Congresistas ni Senadores son robots teledirigidos por la partitocracia. No señor, son una democracia, imperfecta como todas, pero ya me gustaría a mí que la nuestra tuviese la misma solidez que tiene aquella.
Los jueces del Supremo, que también es constiotucional, los elige el Presidente, es verdad, pero los elige para toda la vida con lo cual el elegido ya no le debe nada a su mentor y puede desmarcarse cuantas veces quiera. Democracia y con división de poderes. Igualito que aquí.
La desconfianza hacia los charlatanes formados para ser políticos me parece más que recomendable. La política es -quiérase o no- instinto antes que deliberación, pues cualquier imbécil sabe discutir y hacerse escuchar, pero pocos conocen lo que realmente importa. La democrática, además, se caracteriza por apelar al instinto del votante, esto es, a su empatía y a sus prejuicios. Nos han hecho creer que el sistema puede funcionar sin valores de base, mientras se respete un orden mínimo y se alcance una productividad óptima. Nuestras sociedades son cobardes, dispersas y autistas, narcotizadas por las buenas palabras y por el torrente irreflexivo de la sobreinformación. Nuestros parlamentos, fiel reflejo de las mismas, son ollas de grillos en las que los burócratas empeñan gran parte de su energía justificando su gestión y manteniendo apariencias ideológicas.
Viva Palin.
Publicar un comentario