lunes, 28 de enero de 2008

Old friends

Con el tiempo uno va eligiendo un puñado de libros, películas, óperas que le sirven para entender el mundo; no porque no haya otras tan grandes (no más, eso no), sino porque dicen las verdades que uno está más preparado para entender, porque resuenan en la onda que uno sintoniza mejor. Las bodas de Figaro, Mogambo, La Cartuja de Parma, El Caballero de la Rosa… o Historias de Filadelfia, que estoy viendo por enésima vez. La prodigiosa, modernísima, extraordinariamente valiente escena entre Jimmy Stewart y Katharine Hepburn borrachos junto a la piscina, toda la sabiduría sobre las relaciones humanas condensada en un carrusel de apenas dos minutos de flirteo, fascinación, prejuicios, descubrimiento mutuo, tretas, malentendidos, deseo insoportable, mentiras que son verdad por una noche. Podría verla cien veces, aunque sea doblada como ahora.

Se me ocurre que si elaborase un detallado ensayo sobre los hilos que hilvanan para mí estas obras en una suerte de unidad conseguiría de paso explicarme a mí mismo. Pero esas cosas si hay que explicarlas no vale la pena.

Añádanse, claro está, El apartamento y Cautivos del mal, y la escena final de Los hermosos y los malditos (parecen... sucios) y la del barco de Amarcord que preside esta casa... y considérese la lista abierta.

Robin y Marian, cómo dejar fuera esa última flecha.

2 comentarios:

Francisco Sianes dijo...

Es una imagen casi tópica; pero cumple la doble función de apostillar su texto y recordarme uno de mis "old friends":

"Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara."

Brian dijo...

"porque resuenan en la onda que uno sintoniza mejor"

No se me ocurre mejor definición. Solo añadiría la cuarta dimensión, el tiempo, el momento de la sintonía. La manera como lo expresa T.S. Eliot me ha acompañado desde que descubrí este verso:

Because I know that time is always time
And place is always and only place
And what is actual is actual only for one time
And only for one place