(O, por qué no, hilo suelto dejado aquí para quien sepa tirar de él)
Pensar, en estos tiempos de adolescente y encarnizadamente recordar hasta que salte la sangre, en la generosidad del olvido voluntario o, por otro lado, en la elegancia imperial de hacer a un lado la propia biografía. Como los dos más buenos, si no los mejores, de entre nuestros maestros: un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme, mi historia algunos casos que recordar no quiero.
3 comentarios:
Preciosista, elaborado, limado, decantado y pulido hasta el artificio. Artificial, en una palabra.
Ignacio,
Tiene usted esto de lo más abandonado... Espero que sea receso y no deceso.
Un cordial saludo.
Maravillosa entrada, para memorizar.
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