En varias ocasiones (aquí y aquí) me he ocupado de un tipo de imágenes que me atrae particularmente. Así que ahora que me encuentro con la gran Isak Dinesen transitando por el mismo coto de caza, me traigo aquí sus piezas cobradas:
Una fuga en verdad loca y contraria a la naturaleza, puesto que estaba huyendo, desoladamente, del único lugar en que ansiaba estar, como una pieza de hierro despedida por el propio imán, o como una potente tormenta que avanza contra el viento y oscurece el sol.
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