Si es por poner algo, la verdad es que incluso el día más tonto alguna cosa se me ocurre. Por ejemplo, hoy, escuchando en el taxi No dudaría, de Antonio Flores, me viene una sesuda reflexión sobre los procesos de creación: a toro pasado, ante la obra terminada (la canción, en este caso), a uno le parece natural y casi diría inevitable que después de esto venga lo otro, y así.
Pero, delante del papel en blanco, a ver: ¿cómo diablos se le ocurre al autor poner ahí el parachururuchuru? Y una vez puesto, ¿cómo decide que queda bien y lo deja? He ahí lo insondable del genio en acción.
8 comentarios:
Si se deciden a montar el club de los blogs que nadie lee y nunca se actualizan igual me apunto. (Con permiso de Groucho)
Cuidado. Hay que tenerlo MUY abandonado y haber caído en la desgracia de haber sido borrada de las listas de enlaces de algunos de los más asiduos seguidores, de cuando... No vale cualquiera.
(O "borrado".)
((Or sister.))
Yo este me lo leo siempre, y con mucho deleite, porque es uno de los mejores escritos. ! Lástima que las entradas sean tan esporádicas!
Sirwood
Y hete aquí que me encuentro -de improviso y felizmente- con los pecios del Pabellón de Reposo.
Parecen ustedes los últimos miembros de una sociedad secreta en el exilio: camaradas con demasiado pasado a sus espaldas y elegantemente agotados que se mantienen fieles a un código preterido, en medio de la diáspora.
Los vigilo. ;-)
[Si es que nada les dura nada, canallas...]
Jajajaja, pues lo ha explicado la mar de bien, :-)
Muy observador, muy observador, peeeeeero, ¿a que no sabría decirme qué talla de camiseta interior lleva Sirwood?
(...)
No, donna, no sabría.
Porque sucede, donna, que nunca sé qué ni cómo decirle.
[A Sirwood le deseo que gaste la talla exterior que mejor se acomode a su más deseada talla interior.]
¡Anda yaaaaaa!
:-)
¿A míiiii?
:-)
¡Anda yaaaaa!
:-)
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