Si es por poner algo, la verdad es que incluso el día más tonto alguna cosa se me ocurre. Por ejemplo, hoy, escuchando en el taxi No dudaría, de Antonio Flores, me viene una sesuda reflexión sobre los procesos de creación: a toro pasado, ante la obra terminada (la canción, en este caso), a uno le parece natural y casi diría inevitable que después de esto venga lo otro, y así.
Pero, delante del papel en blanco, a ver: ¿cómo diablos se le ocurre al autor poner ahí el parachururuchuru? Y una vez puesto, ¿cómo decide que queda bien y lo deja? He ahí lo insondable del genio en acción.